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Seguro que alguna vez has encontrado manchas debajo del coche y te has agachado para ver cuál puede ser la causa. Lamentablemente, las filtraciones son algo común en vehículos con algunos años encima. Es importante que prestes atención a estas señales para llevar el vehículo al taller en caso necesario.

Como ya sabes, existen distintos tipos de líquidos del coche que intervienen en su funcionamiento. El aceite, el líquido de frenos, el anticongelante, el líquido de dirección e incluso el agua se ocupan de lubricar las piezas o de regular la temperatura de las mismas para evitar el temido sobrecalentamiento.

A continuación vamos a explicarte cómo distinguir las diferentes manchas del coche para que puedas actuar lo antes posible y solucionar los problemas mecánicos derivados de estas fugas:

  • Manchas de aceite: El aceite de motor es el responsable de evitar que los elementos que componen esta pieza acaben por calentarse demasiado a causa de la fricción que se produce cuando el motor está en marcha. Por este motivo, cambiar el aceite del coche periódicamente es vital

Las manchas de aceite se caracterizan por ser de un tono negro oscuro en el caso de los coches diésel o de un color parecido a la miel en el caso de los motores gasolina. Si detectas este tipo de fugas lo mejor es que acudas al taller a la mayor brevedad posible. Las piezas involucradas en esta clase de averías suelen ser las juntas, los retenes, el racor, la tapa de balancines y el cárter.

  • Manchas de refrigerante: Una mancha de color verde o amarillo suele indicar problemas con el depósito de refrigerante. Lo más habitual es que haya algún manguito estropeado o que las juntas se hayan deteriorado.
  • Manchas de líquido de frenos: Esta clase de manchas son fácilmente identificables dado que aparecen por la zona de las ruedas. Por lo general, el testigo del salpicadero nos avisará si hay alguna avería que debamos atender. Es mejor que no conduzcas en este caso dado que es probable que experimentes serias dificultades a la hora de frenar.
  • Charcos de agua: Aunque a primera vista no parezca gran cosa perder algo de agua es esencial que revises el nivel de agua del depósito de los limpiaparabrisas. Esta clase de filtraciones suelen estar provocadas por pequeños impactos que conviene reparar para que tu vehículo vuelva a ir como la seda.

En definitiva, las manchas del coche son consecuencia de pequeñas filtraciones. Los fallos en los circuitos de refrigerante o en el sistema de frenado son extremadamente perjudiciales para el correcto funcionamiento de tu vehículo pero pueden solucionarse con una simple visita tu taller habitual.